Abogado. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile. 1978.
Tesis de Licenciatura: Objetivos del sistema de patentes y transferencia de tecnología. 1977.
Master of Arts en Matemáticas de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos. 1975.
Actividades académicas
Profesor de Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 1976-1978.
Profesor Asociado de Contabilidad, Derecho Tributario, Lógica de las Normas y Argumentación Jurídica de la Universidad de Chile. 1981 a la fecha.
Director del Instituto de Argumentación de la Universidad de Chile. 2010-2017 y 2020-2023.
Director Académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. 2017-2018.
Director de Extensión de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. 2018-2020.
Actividades laborales
Fue Socio de Andersen Worldwide.
Socio Director de Ernst & Young, responsable de los servicios de asesoría tributaria en Sudamérica. 1992-2010.
Distinciones
Premio Mejor Docente de Pregrado. 2012. (3ro)
Premio Mejor Docente de Pregrado. 2015. (2do)
Membresías
Colegio de Abogados de Chile.
Personalidad
Un buen hombre.
Es caballero y respetuoso.
Es muy reflexivo y profundo, pero siempre al servicio de la práctica, ya que para él los abogados deben ser personas de acción.
Recalcando lo anterior, debe ser, sin lugar a dudas, de los profesores más respetuosos y considerados con los alumnos en la facultad.
Es muy motivador. Pretende convencerte de que el Derecho es arte, ¡y lo logra!
El valor humano del profesor Valenzuela es poco visto en la carrera. Un gran docente y mejor persona.
De las pocas personas que merecen el título de «brillante». Una verdadera «enciclopedia con patas.»
Sus Clases
Extraordinariamente lúcidas y claras.
Se requiere una asistencia permanente.
Se aprende un montón. El profesor te hace cambiar de perspectiva en el estudio del Derecho y en la vida.
Lejos una de las mejores cátedras de la Facultad.
Da lecturas clase a clase sobre Platón, Aristóteles, Habermas, etc. y también jurisprudencia, para así desentrañar el mundo de la argumentación jurídica.
Son de una claridad espeluznante, transporta al mundo de la filosofía y de la lógica durante sus clases, haciendo comprensible la difícil lógica, se preocupa de sus clases.
Hace clases durante los paros e invita a los ultrones que lo van a echar de la sala a que muestren al auditorio cuáles son sus argumentos, los cuales posteriormente rebate con gran elegancia.
Los que se atreven a dárselas de opinólogos de la filosofía, son puestos en su lugar de una forma elegante, pero siniestra. Es un placer ver caer a esos petulantes, que aprendieron filosofía leyendo a Tejedor.
Las lecturas son interesantes y el profesor maneja un extraordinario conocimiento de filosofía. No es un abogado con aires afectados de filósofo, sino alguien que realmente entiende de lo que está hablando y que se expresa con claridad y precisión.
Es difícil de explicar, pero tiene una forma de exponer que rememora a la que tenían los mejores profesores de la etapa escolar, puede que incluso mejor. Esto significa que es extremadamente claro y consigue que la materia vaya quedando grabada en tu mente.
El curso realmente impacta tu forma de pensar. En pocas palabras (para no arruinarles la sorpresa), se trata de un cambio de enfoque: desde el sistema normativo al caso particular, desde el código al problema, desde lo abstracto a lo concreto. Es un verdadero cambio de paradigma.
A veces deja pequeñas tareas (individuales o en grupo) de una clase a otra, como redactar una sentencia o preparar la defensa en un caso. No son evaluadas con nota, pero sí conviene mucho hacerlas porque el profesor las revisa y te hace comentarios personales sobre tu trabajo, cuestión que es muy útil para ir mejorando.
En Argumentación jurídica son dinámicas y participativas. De hecho, son las más dinámicas y participativas que pueda haber. No es un ramo especialmente carga en términos de lectura. De hecho, es más bien relajado. Pero sí se requiere asistir mucho, porque es en clases done ocurre lo más importante.
Más que «trasvasijar» conocimientos hacia los estudiantes, el profesor pretende que desarrollemos las habilidades que él considera que son clave para el ejercicio de la profesión. En ese sentido, es un curso muy diferente a lo que uno está acostumbrado.
En el curso se tratan tres capacidades propias de la formación del abogado, las cuales son: (i) saber tomar postura ante el caso (ii) pensar el caso particular configurándolo desde la imaginación y dándole un lugar dentro de valores y principios compartidos por la comunidad pertinente; y (iii) persuadir a un auditorio concreto.
Es un curso ideal para quienes estén interesados en temas como la filosofía, la política, la educación, el lenguaje y la forma en que vinculan a través de la argumentación en discusiones sobre temas concretos. Si bien es cierto el curso requiere mucha dedicación, dado que se hacen trabajos semanales sobre textos de filosofía griega, las tareas son cortas y consisten en analizar una cita de cada texto, debiendo indicar el estudiante porque considera importante esa cita para la realidad concreta.
Evaluaciones
Para las notas es un poco extremo…. 1.0, 5.0, 6,0 y 7,0. Nada de notas intermedias.
Según él, los trabajos no deberían tomar más de dos horas. Lo cual es bastante poco realista.
No se atrevan a copiar en los trabajos, el profesor irremediablemente se da cuenta y no se arruga por rajarte.
Las notas son prudenciales y siempre quedas conforme respecto de la justicia de ellas. Su curso y evaluaciones son altamente «customizados».
Comenta todas y cada una de las pruebas o trabajos con aportes que refuerzan lo bueno, dando también perspectivas para replantear aquello que ha estado mal.
El profesor lee tus trabajos, no sólo los entrega, además están corregidos: Lo que es bastante grato ante profesores que se niegan a entregar pruebas y trabajos.
Tiene un ayudante que es una máquina de la argumentación, Victor Fenner, que de hecho ganó el torneo de debates entre universidades junto a otros locos igual de máquina que él.
Cuando tu nota es buena va acompañada de un breve comentario, en el cual el profesor tiene la amabilidad de alabar la calidad de tu trabajo, la claridad de la exposición o la buena redacción.
La fama de rajón generalmente se la generan los alumnos que no van mucho a clase y luego pretenden pasar (carerrajismo clásico dentro de la facultad). Obvio que alguien sumido en la pasta va a reprobar el ramo.
La nota de presentación es un promedio de las notas de los trabajos que en total son 9, por ende no es necesario tener una excelente nota en todas las tareas para tener una buena nota de presentación. El examen consiste en un ensayo final sobre un tema de interés de cada estudiante. Además, existe la opción de convertir el ensayo final en la tesis, o en su defecto aprobar el curso sin necesidad de hacer la tesis con el profesor.
Exámenes de Grado
Cuando preside exámenes de grado no interviene. Muy tranquilo.
Recomendaciones
Si tienen la oportunidad de tomar un curso con él, cualquiera que sea, háganlo.
Datos Freak
Toca clavecín.
Tiene pinta de británico.
Es amigo de Raúl Campusano.
Pertenece al Círculo internacional de lógica.
Está obsesionado con la cultura clásica y las humanidades.
Leyó «Sapiens: De Animales a Dioses» de Yuval Noah Harari.
Es muy crítico de la forma de enseñar derecho de la facultad.
Estudió matemáticas en la PUC paralelamente a Derecho en la UCH.
Algunos dicen que fue alumno de Kelsen, pero las fechas no calzan para nada.
Tiene barba y es medio colorín… aunque cada vez menos, porque ya le «afloran canas».
Creador de los cursos de “Contabilidad”, “Tributación de la Empresa” y «Argumentación Jurídica». Además de haber hecho «lógica de las normas».
Siempre se le puede ver en el patio de la escuela fumando un puro mientras camina lentamente de una lado a otro, meditando tal filosofo griego.
Su teoría de la argumentación jurídica es opuesta a la de otros profesores de la Facultad, como la de Fernando Atria.
Frases Típicas
La frase que más repite es: «y menos mal que es así». Si van a sus clases entenderán el profundo contenido de ésta.
«Nada está escrito en piedra».
«¿Matamos a la Guillermina?»
«Los abogados no son meros controladores de legalidad; los abogados resuelven problemas».
«¿Estudiar 5 años para luego andar concordando normas y ser un simple mensajero de la ley? El derecho no es un juego de hacer calzar textos».
«La teoría es sólo una herramienta más»
«El derecho no es un conjunto de normas; es una conversación».
Con la serenidad que lo caracteriza, el profesor compartió la siguiente reflexión «Los estudiantes de primer año, cuando recién vienen saliendo del colegio, están llenos de ganas de participar, pero a medida que avanzan en la carrera esto cambia y es extraño que en clases con estudiantes de tercer o cuarto año alguien levante la mano. Especulo que ello se debe a que la experiencia en la facultad es castigadora con quienes participan y puede que esté determinada así por los profesores o quizás por los mismos estudiantes, la verdad es que no lo sé».
«Me está hablando por allá arriba! Aterrize su idea.»
«Si no puede aplicar lo aprendido un martes en la mañana en el trabajo, entonces de nada sirve».
Desarolle. *Procede a sonreir*
«Mucho se enseña a hablar bien. Pero se ha dejado de lado el aprender a escribir bien. Uno no puede funcionar sin el otro».